No sería justo por mi parte, decir, que el resultado de un enfrentamiento deportivo entre dos equipos, es sólo cuestión del estado de ánimo de los mismos, ya que soy consciente de que los resultados, son la consecuencia de una serie de factores y circunstancias, que rodean a los mismos, y no siempre podemos incidir de forma directa sobre ellos, pero sí estoy convencido, de que uno de esos factores, es el estado de ánimo, con que un equipo afronta su partido, y casi sin darnos cuenta, condiciona muy mucho el resultado final del mismo, incluso mucho antes de que se produzca el salto inicial. Pues bien, creo, a mi modesto entender, que esto es lo que está sucediendo a nuestro equipo Cadete Masculino del 96.
A nadie se le escapa que esta temporada va a ser difícil para este grupo de jugadores de primer año, pero con lo que no contábamos era con que los propios actores iban a ser los primeros que no creerían en sus propias posibilidades, que las tienen, y saltan a la cancha con un estado de ánimo que no es el mas adecuado, cuando ellos saben, pues ya lo han demostrado con anterioridad, que son capaces de afrontar situaciones adversas con posibilidades de éxito, y esta falta de convencimiento está pasándonos una factura muy dolorosa..Llevamos sólo disputadas dos jornadas de esta liga regular, pero éstas nos han dejado suficientes datos, para llegar a ciertas conclusiones, que aún tenemos tiempo de corregir .
En mi anterior entrada, titulada “Mucho trabajo por delante”, ya dejaba claro que tenemos entre nuestras manos una muy buena generación de jugadores, que están ante su primer año en la categoría, y que a pesar de tratarse de un año de aprendizaje, no había que renunciar deportivamente a nada, pero cuidado, ya que aquí si que tenemos que estar todos a una, jugadores, cuerpo técnico, club, y padres. Debemos ser conscientes de que se trabaja con chicos de 13/14 años.
A nosotros, los adultos, nos toca hacer ver a los chavales, que son los mismos que hace apenas 4 meses, se divertían jugando a baloncesto, hay que olvidar esas caras de sufrimiento con las que nos movemos en la pista, salir a hacer nuestro juego y divertirnos, y desde luego tener un actitud motivadora, que refuerce su autoestima, al cuerpo técnico les toca, además de su trabajo de tecnificación y preparación, una gran labor psicológica.
Por último, a los chavales decirles, que “SE JUEGA COMO SE ENTRENA”, y que si el entrenamiento es el adecuado y está correctamente planificado, a ellos sólo les cabe una entrega absoluta en la ejecución del mismo, y de esta forma se obtendrán los resultados deseados. Pensad que si creéis en vuestras posibilidades, todo es alcanzable.
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