Es la primera vez que el campeón de Europa vence al de la NBA. El Regal Barcelona tumbó a los Lakers por un resultado de 92-88 y lo hizo destrozándolo desde la nueva línea de tres. Hace 2 años, en el Staples Center, los azulgrana estuvieron a punto de lograrlo , pero entonces sobró el fatídico último minuto.
Desde el comienzo del partido se ha podido ver que ni los Lakers ni el Barça, se lo tomaban como un amistoso. Ya que tanto Pascual como Phil Jackson, ponían a sus mejores quintetos en pista, sin reservas, y a por todas desde el salto inicial. Los estadounidenses tomaban la iniciativa en el marcador, con exiguas ventajas, que no superaban los seis puntos, hasta que en el minuto 10 del primer cuarto, el Barça se ponía por delante en el electrónico 21 a 20, y a partir de ahí, se sucedían las alternativas en el marcador.
Un ataque liderado por Navarro y Michael y la silenciosa pero inmensa ayuda de Morris desde el tiro exterior, hacían que los azulgrana llegaran al descanso con ventaja de 1 punto, 45 a 44, todo ello aderezado por una aguerrida y ordenada defensa y una circulación de balón endiabladamente rápida y certera, que anulaba los intentos mas o menos individualistas de los angelinos, quedando sobradamente demostrado que los quintetos utilizados por el Barça, ya fueran las famosas primera ó segunda unidad, estaban por encima de los de la NBA, cuando estos no tenían en pista a sus mejores hombres.
Tras la reanudación, los hombres de Phil Jackson , daban la vuelta al partido y comenzaban a abrir brecha en el marcador hasta situarse con un favorable 49 a 60, hasta que los de Pascual, con un Michael que se peleaba con todo el mundo, los triples de Morris y Lakovic, la gran defensa de Vázquez sobre Gasol, el aliento del público, que hacia del Sant Jordi una caldera, y “el jugadón” del partido que finalizaba con un mate de Fran Vázquez, ponía nuevamente por delante a los catalanes 68 a 67, a partir de ese momento se jugaba al ritmo que marcaba el Barcelona, con un intercambio de golpes, en el que ninguno de los equipos perdía la cara, Jackson se daba cuenta de la seriedad del rival y ponía en pista toda su artillería, como si de una final se tratase, pero fueron los mejores minutos de juego del equipo español, cuyos jugadores mantuvieron el acierto de cara al aro rival y supieron soportar la presión ocasionada por los dos árbitros norteamericanos, que se empeñaron en dar emoción al partido hasta los segundos finales.
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