El 21 de Marzo de 2011, publiqué una entrada bajo el titulo "FORMAMOS DEPORTISTAS Y PERSONAS", en su día me pareció interesante de escribir, y dos años después creo que es de nuevo interesante el refrescar su lectura, por lo que me he permitido reproducirla otra vez.
La lectura de una serie de artículos relacionados con el tema, me ha llevado a plasmar este pequeño documento, en el que de forma equivocada ó no, expongo mi opinión personal sobre el papel y responsabilidad que Clubes, entrenadores y padres tenemos como educadores en el deporte.
Clubes y Entrenadores, su participación en el deporte como educadores
Una preocupación de los clubes deportivos actuales es la de destacar el aspecto humano de los deportistas que los componen y de aquellos que pueden llegar a formar parte de éstos. Tanto dirigentes como entrenadores, califican no sólo cualidades técnicas o físicas, además analizan a sus deportistas como personas, ya que dependiendo de las características personales de los distintos miembros, existirán mayores o menores perturbaciones en la convivencia diaria del grupo, como equipo.
A nadie se le escapa que el éxito de un club deportivo, además de en otros muchos factores, radica fundamentalmente en lograr nutrirse de jugadores formados en la cantera, y para ello es necesario contar con verdaderos “educadores”, capaces de ejercer como entrenadores y a la vez como maestros que desarrollen la integridad del deportista, que sean capaces de extraer las capacidades y cualidades que éstos poseen tanto en su vertiente personal, como deportiva.
Es en este momento cuando con una línea de trabajo clara y precisa, apoyada y sustentada por todos los estamentos del club , aparece la importante y polifacética labor del entrenador-educador, con la enorme responsabilidad de abarcar tareas tan dispares como las que responden a las necesidades planteadas por la práctica deportiva en si, y aspectos que hacen al jugador, no ya como deportista, sino como persona integrante de la sociedad. El entrenador en si mismo es un generador de opinión con una gran influencia educativa, y con su ejemplo va a transmitir conductas a todos aquellos con los que se relaciona, en razón de lo cual, todo entrenador debe tener presente una serie de cualidades y conocimientos, no solo técnicos, sino personales, del tipo de honradez, capacidad organizativa, paciencia, espíritu de justicia, además de sensibilidad y tacto.
Si somos capaces de conjugar todo lo anteriormente expuesto, el club y el entrenador, como educadores, conseguirán dar a sus jugadores una educación integra en valores deportivos, morales y sociales, que hará que el deportista tenga una formación mas allá de la simple práctica, implicando un respeto por la actividad deportiva, que los hará crecer, desarrollándose bajo determinados valores (disciplina, respeto, etc.) que serán trasladados y aplicados por el jugador en su vida diaria.
Pero existe una tercera columna que ayuda a Clubes y entrenadores, en la faceta educadora del deporte, y esta es la de los padres, y entre las muchas relaciones que tienen que cuidar clubes y entrenadores, hay que contar las que se tienen con los padres, como dice un post de Future Sport de fecha 30 de Julio del 2008, sobre los padres en el deporte, “En algunos sitios incluso se habla de distinta topologías de padres de jóvenes deportistas, e incluso se habla de recomendaciones a la hora de gestionar las relaciones con ellos”.
La práctica del deporte por parte del hijo es una manera de satisfacer lo que el padre no pudo ser.
Se debe tener pasión y si no tiene pasión lo acaba dejando, pero la pasión viene dada por su práctica deportiva y no por imposición. Esto acarrea graves problemas como la frustración y para mi lo más importante el deterioro de las relaciones familiares. El entrenador y los padres deben ser una referencia y hay que tratar de no quebrar ninguna.
Las altas expectativas puestas en ellos pueden desembocar en entrenamientos demasiado exigentes.
El quemar etapas es algo demasiado habitual en el deporte de base. Se quiere un éxito demasiado temprano en cuanto a edades. Entra un factor con el grupo en este momento, pues generalmente el deportista muchas veces practica el deporte por estar cerca de amigos, compañeros. El tratar de escalar más allá de donde recomienda el sentido común saca al deportista de su entorno en una edad muy sensible a cambios. Como dice el entrenador de tenis Roger Porta, “El rendimiento a corto plazo acaba siendo peor a la larga”.
En edades tan tempranas hay que enseñar a los niños a ganar, pero también a asumir las derrotas.
Y aquí sí que los padres tienen un importancia básica. Ganar y perder en estas edades forma parte de la educación deportiva y me atrevería a decir que de la personal. De la derrotas habrá que sacar lecturas positivas y no hacer leña del árbol caído y de las victorias el no conformismo y el progreso constante. Ganar no es todo, pero tampoco se acaba con perder.
Empecé hablando de la labor educativa de clubes y entrenadores, y al final acabamos hablando de la influencia de los padres, ya que se trata de un grupo que interactúa con los anteriores, pero no quiero que esto pueda interpretarse como un ataque contra los padres. La gran mayoría de los padres son colaboradores y ayudan dentro del equipo y por ende dentro del club, y sin ellos en muchas ocasiones no se podría desarrollar el club como tal.
Jesús ,ya sabes mi TOTAL acuerdo con lo expuesto en esta entrada...y cuantos mas años pasan ,más me fijo en el comportamiento de los actores de esta pequeña obra ...que es un partido de Basket Base.
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