El otro día, mi buen amigo Alfonso García, padre de dos jugadores del CBC Cadete 96, equipo en el que también “juega” mi hijo, me preguntó, que si como de costumbre haría crónica del partido disputado el Domingo 11 de Marzo, entre nuestro equipo y el Ucam Murcia 96. Y le contesté que no, que aunque me tengo por un tipo bastante cerebral, que suele tomar distancia para disfrutar de distintos enfoques de las cosas, en esta ocasión, causas ajenas a mi voluntad, me aconsejaban no hacer tal cosa, pues ya se sabe que uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras.
Me propuso entonces la posibilidad de publicar, no como crónica, sino como una sucesión se sentimientos que habían despertado en él, las últimas actuaciones de este equipo. Creo que en los dos años que tengo abierto este espacio, nunca he publicado colaboración alguna, pero al leer lo que Alfonso había escrito, desde la pasión que despiertan los sentimientos, no veo razón alguna para no hacerlo, por lo que a continuación os lo reproduzco, él lo ha titulado “ Sueño de una noche de invierno”.
SUEÑO DE UNA NOCHE DE INVIERNO
No tengo costumbre el colaborar en blog de nadie, en el mejor de los casos sólo los visito para leerlos, unas veces por curiosidad al escuchar comentarios en los pre y post entrenamientos, y otras por descargar alguna foto del partido.
Como mi ya “viejo amigo” Jesús, (nos conocemos desde hace más de 30 años sólo) no iba a hacer una entrada, le he pedido la posibilidad de hacerla yo, a ver si me animo y también me hago “bloguero”.
El título que he elegido, aunque pueda ser fácil por su similitud con el título de la película, lo he elegido con total convicción ya que resume lo que considero hemos tenido varios de los seguidores (creo que bastantes) de los jugadores del Basket Cartagena 96.
Desde el partido con Salesianos en su campo, vimos un cambio de actitud en el conjunto (y digo conjunto ya que son todos los componentes del banquillo) donde se empezó a jugar de otra manera. Los chicos empezaban a jugar como un equipo, siendo generosos en el juego, tanto en intensidad como en pases, donde llegaban como no lo hacían salvo en contadas ocasiones desde hace cinco temporadas.
Parecía que se iban haciendo adultos y como tales, asumían que iban a jugar compartiendo lo que creo que es una de sus pasiones, el baloncesto. Todos y cada uno de ellos, en la medida de sus posibilidades y muy bien gestionados en función de las mismas, daban el 100%, con un reparto de juego que sin necesidad de avasallar al contrario, según se desarrollaba el partido, iba a más minuto a minuto, haciendo valer su calidad técnica tanto individual como del conjunto.
Esta actitud como he dicho (a pesar de las dudas de algunos), la volvemos a disfrutar en el partido contra Infante, lo cual personalmente me llena de satisfacción, ya que no creo haber visto ningún partido de nuestros hijos donde hayamos podido disfrutar de un baloncesto de semejante calidad. Una de las generaciones de jugadores más altas de media que ha tenido el Basket Cartagena había despertado
Y durante los entrenamientos previos a este último partido, tanto yo como algunos otros (ya que así lo comentábamos), llegamos a pensar en un “SUEÑO DE UNA NOCHE DE INVIERNO”, a soñar con la posibilidad de que ya había tocado el momento de que las cosas ocurriesen de otra forma, y sobre todo por la esperanza que ya tocaba ver un equipo de verdad, un conjunto de personas que una vez pisada la pista, en el momento de llegar a jugar, sólo pensasen en jugar a baloncesto, participando todos y cada uno en función de sus posibilidades, de que el grupo fuese la suma de 12 + 2, y que esa “suma” se viese reflejada en los resultados conseguidos, en el ánimo (alentando a los dos lesionados para su pronto engranaje con el resto del grupo) y el cambio de actitud de todos (sobre todo para el resto de la temporada que nos queda).
Con esta ilusión, llegamos el domingo pasado a jugar con el Murcia, y durante el primer cuarto, ¡¡sigue el sueño!! y además sin hacerlo como en los dos anteriores partidos, no dando la sensación de bajar la guardia ante un rival primero de grupo. Pero los chicos plantan cara y se van 10 puntos por encima en el marcador.
En el segundo cuarto el “sueño” se empieza a esfumar. En mi opinión, las combinaciones no resultan ser las más adecuadas, a la vista de la velocidad que exigía el contrario (quizás decir esto ahora pueda sonar un tanto ventajista).
Llegado el tercer cuarto, el desenvolvimiento de partido sigue por los mismos derroteros, aumentado la diferencia de puntos a 10 a favor del contrario, cuando llega la 2ª técnica al entrenador visitante (prejuicio de los árbitros al haber pitado la primera técnica ya que sólo se acercó a la mesa para consultar). Dos cosas tiene que aprender un entrenador de la entrenadora local, una es que no para de quejarse, en ningún partido que haya presenciado (esta es la quinta temporada que se queja más que nadie y todavía no le han pitado una falta técnica) y en este partido se la merecía tanto o más que el entrenador visitante; y la otra, es la enorme rotación de banquillo que hizo, en función de los resultados que estaba dando cada jugador, sin prejuicios de ningún tipo. Destaco sólo estas dos cuestiones, porque vociferar en la banda cuando el equipo contrario tira un tiro libre no creo que sea muy deportivo, pero eso no es falta técnica, es falta de otra cosa. A raíz de la expulsión del entrenador visitante, los jugadores se crecen y espoleados por lo que consideran una injusticia, disminuyen la diferencia de puntos, ajustándose mucho el marcador al final del cuarto.
El último cuarto continua la inercia ganadora, a pesar de los cambios respecto al quinteto que había remontado el partido, un quinteto que estaba creciendo y dominando el encuentro es prácticamente sustituido en su totalidad, manteniéndose excesivos minutos sin ninguna variación, lo que provoca que los jugadores no llegaran frescos a los minutos importantes, máxime cuando el contrario rotaba y rotaba, con lo que el desgaste era manifiesto, se nos escapaba nuevamente el sueño, las ayudas no llegaban, nos precipitábamos en los pases, perdiendo balones tontos y ya no teníamos velocidad en las penetraciones y a pesar de ello y de no tirar la toalla por parte de los visitantes se cierra el partido con una injusta diferencia de 5 puntos a favor del equipo local. Digo injusta ya que los visitantes por su empeño más que por su organización, hubiesen merecido ganar, por que los chicos, luchar, lucharon.
No podemos culpar a los árbitros, ya que no estuvieron acertados en muchos de los casos (muy poco parejos según el momento del partido ya que si se pitan los contactos hay que pitarlos todos), ni para los locales ni para los visitantes.
Esta es mi visión del equipo y de los últimos partidos acaecidos, y considero como he dicho similar a la de muchos de los que siguen a este equipo, pienso que esta es una buena oportunidad para pararnos y reflexionar, corregir errores, que los hubo y muchos, por parte de todos, pues nadie está en poder de la razón absoluta y darnos una posibilidad de cambio ahora que aún estamos a tiempo, creo que estamos ante una generación con un enorme potencial y eso hay que aprovecharlo.
Y al final, como escribió Don Pedro Calderón de la Barca en 1635, “la vida es sueño y los sueños, sueños son”. Aunque ha sido bonito mientras duró.
Alfonso García Vidal.
Disfrutad este año todo lo que podais que teneis equipo y buen ambiente para ello, ya que el año próximo será un año duro, muy duro, con numerosos descartes, malas caras, menos conciencia de equipo, las notas del bachiller para su futuro académico, y muchas cosas más.
ResponderEliminarSuerte a todos en la Final a 4.