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lunes, 2 de septiembre de 2013

Compromisos de "principios de año"



Por el contenido del mismo, me he permitido copiar y publicar, este interesante articulo de Javier Rodriguez, para su difusión, que aparece en www.muevetebasket.es


Compromisos de "principios de año"

Javier Rodríguez, Entrenador Superior del C.D. Distrito Olímpico, comparte con nosotros sus interesantes reflexiones.


  Javier Rodríguez  02/09/2008

Todos los que estamos metidos en aventuras de este tipo, ya sea como entrenador, padre o jugador (valga todo para la parte femenina por aquello de la paridad), los años no los concebimos igual que el resto de los mortales. Nosotros nos regimos por "temporadas" que acaban en junio, que en julio sólo tenemos ganas de desconectar de todo y que en agosto ya empezamos a tener el "mono" de volver a las andadas con un montón de nuevos compromisos planificados para el mes de septiembre, que es nuestro enero particular.

Precisamente a estos "deseos de nueva temporada" me quiero referir en este artículo y aunque supongo que esto queda claro, es una mera opinión perfectamente rebatible por cualquiera que lea este artículo.

Empecemos con los jugadores, cuántas veces oímos la típica frase allá por el mes de diciembre - enero "es que tengo que estudiar y tres días de entreno es demasiado para aprobar el curso", evidentemente el problema surge en el tema de planificar el tiempo, en este caso mi experiencia como entrenador me da la respuesta, de todos los/las jugadores/as que dejaron el equipo por este problema (en algunos casos real, en otros como excusa ya que había otras circunstancias) ninguno mejoró sus notas con dejar los entrenos, es más, a los malos resultados académicos se sumó el abandono de la práctica deportiva, una combinación poco recomendable.

La principal valoración a la hora de afrontar una temporada como jugador es ser realista, no se trata de decir, voy a estudiar 20 de las 24 horas del día, dejando dos para entrenar y otras dos para ver CSI, sabemos que eso nos durará dos días como mucho. Debemos planificar nuestro tiempo de tal forma que nos de tiempo para todo, considerando el entrenamiento como la forma de liberar la cabeza de la carga intelectual que lleva, pero claro, eso conlleva sacrificio, ya que ¿cuánto nos queda de día?, por la mañana clase, por la tarde estudio hasta el entreno, ida al entreno, el entrenamiento en sí (que si bien es descanso intelectual no es menos cierto que también supone una carga extra de stress por mucho que nos guste), vuelta a casa, ducha (los más limpios) y estudio hasta acostarse. Efectivamente, no hay tiempo para ver CSI, habrá que esperar a que salga en DVD para disfrutarla en su totalidad.

¿Cuántos pueden soportar ese ritmo? La respuesta es clara, todos, sin excusa, visto así parece una vida monacal pero no es menos cierto que existen muchas salvedades, existen días sin entrenos, con cargas de estudio menores, que existen 52 fines de semana al año (104 días, vale, con 30 días en los que hay partido, lo acepto, pero ese es el premio al trabajo de la semana), vacaciones escolares en Navidad, Semana Santa, fiestas... que nos permiten un tiempo extra para disfrutar de esos pequeños placeres que no podemos hacer durante gran parte de la temporada, pero que nos sirven de descanso.

Por tanto y aún a riesgo de repetirme, las claves para lograr el éxito de la temporada, tanto en estudios como en lo deportivo descansa en PRS (Planificación, que sea Realista y mucho Sacrificio), todo lo demás son excusas que nos pueden valer para engañarnos a nosotros mismos, pero tomadlo como un reto, si lo conseguís habréis demostrado madurez.

Todo lo dicho está claro que vale para categorías de infantil o cadete para arriba, pero qué ocurre con los equipos de abajo, con esos benjamines, alevines o preinfantiles que no tienen tanto que estudiar, ahí es donde entran en acción los padres, que si bien, en las categorías altas tienen igual importancia, es evidente que en las nombradas adquieren un tinte mayor.

Sin duda, el sacrificio que tienen que hacer es mucho mayor que el que realmente se valora, su deseo para la temporada se basa en poder ajustar sus horarios, buscar soluciones alternativas para que el niño pueda realizar las actividades que le gustan y encima con el único premio de dejar a su hijo y volver a recogerlo a la hora y media ya que no pueden ni deben participar de la actividad.

Para mayor inri deben soportar los cambios de humor de los niños por razones tan variadas como pueden ser no haber jugado lo que ellos creían, o por haber discutido con un compañero que no le pasaba el balón, o por haber recibido una bronca de su entrenador que creen no merecida, o... la lista puede ser infinita.

Es en esos momentos cuando, como padres, debemos demostrar que estamos con ellos, que comprendemos sus sentimientos, su enfado, su malestar, su euforia en otros momentos, pero sin que ello suponga apartarse de la realidad que le tenemos que demostrar, que la vida tiene su parte buena y su parte mala que también tiene que conocer y no demostrarle una defensa infinita por encima de algo que, en nuestro fuero interno, sabemos que puede no tener razón y si, aún así, tenemos dudas, debemos demostrarle cual es el cauce correcto para llevar nuestras quejas.

Por tanto, vaya el mayor reconocimiento a todos esos padres que se sacrifican de lunes a domingo, que lo mismo se levantan a las 8 de la mañana un sábado para estar de pie durante hora y media en una cancha al aire libre, en pleno mes de febrero con dos grados de temperatura, que están de lunes a viernes llevando y trayendo a sus hijos para que puedan disfrutar de su deporte favorito. Vosotros sois el mayor ejemplo para ellos y vuestras actuaciones son las que se verán reflejadas en ellos en un futuro, tenedlo siempre presente.

Finalmente los entrenadores, sin duda, los que mayores cambios de humor sufren a lo largo de la temporada, lo mismo están eufóricos que al borde de la mayor de las depresiones y en ello pueden influir cosas tan "simples" cómo puede ser la forma de realizar un entreno por sus jugadores.

Convivir con esto último no es fácil, a ello se suma que tu principal deseo de temporada es ser un ejemplo, de nada vale exigir puntualidad si tú no la das desde un principio, si exiges sacrificio y no eres el primero que te lo impones, si pides concentración y no traes tus entrenamientos preparados y sobre todo, si no demuestras humildad, sabiendo que el mundo de baloncesto es tan amplio que te exige una preparación continua y que debes estar reciclándote a cada momento, si crees que lo sabes todo, mal vas y poco podrás enseñar.

Lo que nadie nos quita a los entrenadores al principio de cada temporada, es la ilusión, raro es el caso, que supongo que alguno habrá, que el entrenador no se muestre ilusionado con su proyecto, ya sea un prebenjamín como un Primera Nacional, ya tenga fama el equipo de ser competitivo o problemático. Todos apuntamos nuestros mejores deseos y "soñamos" con hacer la temporada de nuestra vida, pero para ello, tendremos que cumplir todo lo apuntado en el párrafo anterior.

Que se cumplan todos vuestros deseos esta temporada.

1 comentario:

  1. Muy bueno el artículo Jesús , pero voy a permitirme focalizar el mencionado asunto...en los/las Junior .
    En estos tiempos difíciles un chico que quiera estudiar una carrera Universitaria de gran petición (Medicina ,Arquitectura ,etc..) tiene que pelear por las centésimas ,desde el primer examen de 1º de Bachillerato , y eso supone una carga EXTRA para el joven estudiante (y baloncestista).
    El año pasado se vió un final trepidante de la liga Junior ,donde varios equipos cabeceros fallaron en sus últimos encuentros ...y es que el tiempo se puede estirar ,pero ¡¡¡NO alargar!!! .
    Mucho ánimo a todos los jugadores y jugadoras Junior en esta temporada.

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